Pregunta Emanuel: Juan Carlos, el 15/10 hice una aplicación en un lote destinado a soja con 750 g de atrazina, 30 g de diclosulam, 2,4-D y glifosato. Después de la aplicación, hubo una lluvia importante. Planeo sembrar a partir del 15/11, y estoy considerando hacer otra aplicación con flumioxazin más acetoclor para asegurarme de controlar nuevos nacimientos, especialmente de yuyo colorado. ¿Crees que podría haber problemas de fitotoxicidad?
Respuesta de Juan Carlos Papa: Emanuel, vea, no es tan simple; los problemas de fitotoxicidad son el resultado de múltiples factores, no solo de los herbicidas, sino también de la dosis, el tipo de suelo, las condiciones ambientales antes y después de la aplicación, el manejo, y la historia del lote, entre otros factores.
Cuando se aplica una combinación o, como en este caso, una secuencia relativamente compleja, se logra una protección significativa, pero también se corre algún riesgo de fitotoxicidad. Las plantas, en general, suelen recuperarse si las condiciones ambientales son favorables. Además, en su caso, se trata de residuos con diferentes mecanismos de acción, lo que contribuye a la eficacia de control.
No obstante, de acuerdo con lo que usted plantea, opina que la segunda aplicación de flumioxazin con acetoclor para reforzar el control presenta un riesgo moderado. Podrían manifestarse síntomas de fitotoxicidad si, durante la emergencia, ocurren lluvias abundantes combinadas con bajas temperaturas y encharcamientos. También consideramos que la atrazina puede aumentar el riesgo, ya que, al momento de la siembra, podría mantener cierta actividad biológica residual.
Cabe recordar que, aunque el uso de atrazina previo a soja es común, no cuenta con registro para este cultivo, lo que implica una falta de cobertura legal y técnica frente a fallas o daños.
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