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Cómo cosechar rúcula fácilmente: guía paso a paso


La rúcula (Eruca vesicaria Cavanilles), es una planta de la familia de las crucíferas que se distingue claramente por su sabor fresco, intenso y un tanto amargo.

Muy valorada en la cocina, en las últimas décadas se ha convertido en un ingrediente popular entre los amantes de la gastronomía, que la incorporan a todo tipo de platos, desde ensaladas y pastas hasta pizzas, tartas y arroces.

Es originaria del sur de Europa y Asia Occidental y consumida desde hace siglos por su particular sabor, pero también por las distintas propiedades saludables que se le atribuyen. La rúcula es rica, por ejemplo, en vitaminas A y C, fundamentales para el bienestar general del organismo.

Cultivar rúcula en casa es relativamente sencillo y permite disfrutar de hojas frescas y recién cosechadas. Según el repositorio de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), es un vegetal que crece de manera rápida en macetas, jardineras o directamente en el suelo del jardín.

La cosecha es una parte clave del proceso ya que un manejo adecuado influirá de manera directa en la calidad y el rendimiento de las hojas.

Cómo cosechar rúcula fácilmente

En la Argentina, la rúcula se cultiva entre octubre y marzo, beneficiándose del clima templado. Además, se adapta a diversos suelos, aunque es esencial utilizar tierra orgánica para un crecimiento óptimo. Requiere de riego regular, especialmente en épocas de calor, y suficiente luz solar.

Plantines. La rúcula crece a las 4 o 6 semanas de la siembra. Se debe usar tierra orgánica y requiere de riego regular. Foto: Pixabay/Karolina Grabowska.Plantines. La rúcula crece a las 4 o 6 semanas de la siembra. Se debe usar tierra orgánica y requiere de riego regular. Foto: Pixabay/Karolina Grabowska.

Paso a paso, cómo cosechar la rúcula y aprovechar todo su sabor:

1) El momento adecuado para cosecharlas. Las hojas de rúcula están listas para cosecharse cuando alcanzan al menos 10 cm de alto. Esta altura garantiza que sean tiernas y sabrosas. Por el contrario, si las hojas son demasiado pequeñas pueden resultar amargas, mientras que si se dejan crecer en exceso, se vuelven “lechosas”. La rúcula crece rápidamente, por lo que este proceso no debería tardar más de 4 a 6 semanas tras la siembra.

2) Utilizar tijeras de jardinería limpias. Se recomienda que las tijeras estén bien afiladas y desinfectadas para poder realizar cortes precisos y reducir el riesgo de dañar la planta. Esto es fundamental para promover un crecimiento saludable y evitar la aparición de enfermedades en las hojas restantes.

3) Cosechar las hojas en la mañana. Durante las horas más frescas del día, las hojas están más hidratadas y crujientes, lo que favorece su textura y su sabor. Además, recogerlas por la mañana ayuda a preservar su frescura antes de ser utilizadas en la cocina.

4) Recolectar de forma regular. Se aconseja cosechar hojas jóvenes y tiernas cada 2 o 3 semanas. Esto no solo garantiza que las hojas sean de mejor calidad, sino que también estimula a la planta a producir más hojas. Si se permite que la planta florezca, puede cambiar su energía hacia la producción de semillas en lugar de seguir produciendo hojas.

5) Aprovechar las hojas recién cosechadas. Lavar con suavidad las hojas bajo agua fría para eliminar cualquier residuo de tierra o insectos. Podrán ser utilizadas de inmediato en ensaladas, sándwiches o como guarnición en platos calientes. Al consumirse frescas aportarán un excelente sabor y conservarán mejor sus aceites esenciales.

Un ingrediente muy versátil

La rúcula se utiliza principalmente cruda, destacándose en ensaladas donde puede servir como base o combinarse con otras hojas verdes y una variedad de ingredientes, indica el sitio especializado Directo al Paladar.

Su sabor, que mezcla notas amargas y picantes, puede ser intenso, por lo que resulta adecuado combinarla con ingredientes más dulces y afrutados, así como con aderezos ácidos, como vinagretas o cítricos.

En las ensaladas, se lleva bien con frutas de temporada, especialmente frutillas, arándanos y frutas de carozo. También combina perfecto con quesos frescos o especiados y frutos secos.

Además, la rúcula es ideal para añadir un toque de sabor a sándwiches, pastas y pizzas. También para sumar a las carnes rojas y los pescados azules o ahumados.

La rúcula también es una excelente compañía de los encurtidos (aceitunas, cebollitas, pepinillos) y un complemento fresco en preparaciones con huevos, tanto revueltos como en tortillas. Aunque se la puede cocinar, es preferible que la cocción sea breve para mantener sus propiedades y su inconfundible sabor.



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