El cambio climático, la degradación de los espacios en los que viven, una enfermedad infecciosa mortal y algunas especies invasoras hacen que estas ranas tan particulares y bellas se encuentren amenazadas en las últimas décadas. La rana arlequín: conoce este raro animal en peligro que solo se encuentra en los Andes.
Estos anfibios tienen unas 96 especies conocidas y estudiadas por los especialistas de todo el mundo durante muchísimos años. Incluso hay una que se considera venenosa. Pero, en este momento, su permanencia en el mundo está en un serio peligro de desaparecer.
Las ranas arlequín, nombradas para la ciencia en el género Atelopus, tienen al menos 80 especies en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Ya en el año 2018, 37 de estos pequeños animales habían desaparecido de sus hábitats, a pesar del extenso trabajo de los conservacionistas por encontrarlas.
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Estas ranas tienen una muy llamativa paleta de colores, según su variedad. Hay naranjas, verdes, doradas, azules e incluso moradas. La que se pudo ver últimamente tiene el cuerpo negro y unas brillantes manchas amarillas. Por estos tonos, se las llama también “ranas payaso”.
Una de sus particularidades es que las parejas de ranas suelen estar en lo que se llama el amplexo o abrazo de apareamiento por algunas semanas y los machos dejan de comer durante mucho de este tiempo, perdiendo hasta el 30% de su peso.
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Este no es un dato menor, ya que son de muy pequeño tamaño, las más chiquitas miden no más de 3 centímetros de largo. Se calcula que las especies que aún persisten se ubican principalmente en Sudamérica y Centroamérica. Los especialistas han visto ranas arlequín en Costa Rica, Panamá, Ecuador, Colombia, Venezuela, Brasil, Bolivia, Guyana y Guyana Francesa y Surinam.
Se han estudiado las causas de su peligro de extinción. Algunas enfermedades infecciosas, la destrucción de sus hábitats, varias especies invasoras y, sin dudas, las consecuencias del cambio climático son sus principales amenazas. De todos los riesgos, la enfermedad mortal llamada quitridiomicosis es el más importante.
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Pero además, las ranas arlequín respiran a través de su piel y esto las vuelve muy sensibles a los cambios en su entorno. Cada vez hay mayor evidencia de que las Atelopus son uno de los grupos taxonómicos que más ha sufrido la declinación de sus poblaciones en todo el mundo.
En el año 2019, por primera vez desde el 1991, un grupo de biólogos documentó la presencia de estos animalitos de este color negro con amarillo, conocida como las ranas arlequín de la noche estrellada.
En este trabajo llevado a cabo por la Fundación que protege a las ranas arlequín, colaboró el pueblo indígena Arhuaco de la comunidad Sogrome en la Sierra Nevada de Santa Marta de Colombia, la montaña costera más alta de la Tierra. Allí fue encontrada.
¿Por qué es importante que existan ranas arlequín en estos distintos puntos del mundo?
La clave está en esa sensibilidad que ellas tienen en su piel. La salud y presencia de estos anfibios les permite ver a los habitantes de la zona la calidad del agua y si hay algún problema en el medioambiente antes de que los afecte directamente.