En China las iglesias son noticia. La Catedral del Norte -también conocida como Iglesia del Salvador o de Xishiku- no llama la atención por su impactante fachada, sino simplemente por existir. Está en el distrito de Xicheng, en Beijing, en el corazón del país más ateo del mundo.
El ejemplar que visitó Clarín está a unos pocos cientos de metros de la Plaza de Tiananmén desde 1890, cuando el emperador Guangxu de la dinastía Qin ordenó trasladarla de las inmediaciones de la Ciudad Prohibida para construir un parque.
La iglesia original fue construida por misioneros jesuitas en terrenos que les otorgó el emperador Kangxi -también de la dinastía Qin- en 1703. La de ahora, de estilo gótico con particularidades chinas, fue diseñada por el misionero Pierre-Marie Alphonse Favier.
La combinación de simbología católica y caracteres chinos genera una atracción potentísima. Ni hablar de la representación de la Virgen -o “Madre Santa”, como le dicen los chinos- con rasgos faciales orientales que se halla en su interior. La figura, que llegó a la iglesia de manos de un misionero, acompaña a las representaciones occidentales de Jesús y María y viste un traje manchú, etnia de la última dinastía china.
La Catedral del Norte es una iglesia oficial. Esto quiere decir que pertenece a la Asociación Patriótica Católica China (coloquialmente, “Iglesia Católica China”), fundada en 1957 y de complicada relación con el Vaticano.
La Iglesia Católica China no está alineada con la Santa Sede desde 1951, cuando el Vaticano reconoció a Taiwán. Sin embargo, en los últimos años la cosa parece ir mejorando.
En 2018, China y el Vaticano lograron un acuerdo histórico. El Papa Francisco reconoció a varios obispos designados por el Partido que habían sido excomulgados y desde ese momento se pusieron en marcha una serie de arreglos similares que se van actualizando cada dos años. Este año, por ejemplo, fueron reconocidos dos obispos más.
El catolicismo es una de las cinco religiones que el PCCh reconoce como oficiales y que dependen del Departamento de Trabajo del Frente Unido. Las otras son el budismo, el taoísmo, el islam y el protestantismo.
Según el Examen Periódico Universal de 2024 del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el número de creyentes religiosos registrados por el PCCh es de alrededor de 200 millones, es decir, menos del 10% de la población.
En China hay aproximadamente 28 millones de católicos (2% según el Pew Research Center en 2023), una cifra que creció considerablemente después de que en los ochenta el ex presidente Deng Xiaoping abriera las puertas del país al resto del mundo.
De entre los grupos religiosos registrados en China, los católicos no son mayoría. Quienes predominan son los budistas. Más allá de las cifras conocidas, se estima que el número de fieles de cada religión es mayor teniendo en cuenta los diferentes grados de implicancia en la fe de cada uno.