Señor presidente Javier Milei, quiero expresarle mi apoyo para evitar que el populismo siga gobernando. También con la lucha contra la inflación y la batalla cultural que estamos librando para que Argentina sea un país serio. Pero no apruebo lo que hizo y hace con el sistema de salud. Me refiero específicamente a las prepagas.
Estas aumentaron en un año 270%, porcentaje que ningún trabajador, y menos jubilados, recibió en sus ingresos. He escuchado sobre esto decir livianamente al dueño de una de las prepagas más importante: “La medicina privada es para una minoría”. Pero el problema es que, si una gran proporción de los trabajadores estaban incorporados desde hace años a las prepagas o que se jubilaron perteneciendo a las mismas, ¿cómo hacen para solventar dichos aumentos? ¿O qué pasaría si los cientos de miles de ciudadanos se tienen que volcar al paupérrimo sistema de salud pública? Aquí es donde veo que el Gobierno ha actuado pésimamente y nos ha abandonado dejándonos a merced de empresarios sin escrúpulos que lucran con la salud de los ciudadanos. Sólo espero que escuche al viento porque los argentinos estamos cansados de tanto sufrimiento. Espero también que no se deje manejar por quienes lo alaban, es decir, que no le escriban el diario de Hipólito Yrigoyen.
Alfredo Mansur / fredymansur@hotmail.com
Voces, reclamos y esperas de jubilados
El PAMI no sirve para nada y menos para los jubilados. Hace 10 días que las farmacias adheridas no toman receta porque el “PAMI está sin sistema”. ¿Qué hacen los jubilados? Jorobarse. Nuevamente, estos insensibles, piensan en sus sueldos, privilegios y pésima atención.
Señor presidente Javier Milei, cierre o disuelva este instituto de la maldad. Plan alternativo: entregue su administración y control a los propios jubilados y se acabó la joda.
Javier Ugarte / javierugarte@fibertel.com.ar
Dos hechos políticos relevantes acaban de ocurrir. El Congreso votó sendas leyes de financiamiento a jubilados y universidades (asignando más fondos) y el presidente Milei los vetó. El Congreso intentó anular dichos vetos, pero no lo logró porque el oficialismo logró el tercio de los votos para bloquear ambas iniciativas.
Es curioso que Milei siendo tan peleador, discutidor, insultador, arrogante, etc, no haya recurrido a un elemental argumento para sustentar su posición. La única persona responsable de las decisiones económicas es el Presidente, principalmente a través de su Ministro de Economía. La injerencia del Congreso en estos temas es seguramente ilegal, o al menos inmoral y antiética porque desconoce la autoridad presidencial sobre el tema.
Más allá de esto había una solución simple para solucionar ambos temas, que se resumen en la falta de financiamiento (plata) para ambos incrementos. El Gobierno podría impulsar una ley que obligue a los hijos a pagarles alimentos a los padres. Es sabido que hay jubilados que cobran la mínima mientras sus hijos vacacionan en Punta del Este o Miami. Nadie puede calificar a esta medida de injusta, porque sería una pequeña devolución de lo aportado por sus padres en comida, educación, vestimenta, etc, por al menos 18 años.
La otra acción sería cobrar un arancel retroactivo (o solidario) a los egresados universitarios. En Argentina hay 159.000 egresados universitarios. Estos en sus nuevas profesiones logradas gracias a la beneficencia del Estado, no tendrían problema en hacer un aporte a sus futuros colegas. Las dos leyes podrían unificarse con un mismo nombre muy significativo que las haría inobjetables: “Leyes de Devolución de lo Recibido”.
Oscar Samoilovich / osamoilo@yahoo.com
Quiero referirme a la reducción de los ingresos de los jubilados que propone este Gobierno sin importarles las consecuencias que desde ya es la aniquilación de todos los jubilados posibles para poder logar un superávit fiscal. Estamos conducidos por un payaso plin plin y un fracasado ministro de Economía que lo único que sabe decir es que terminó el mes con un superávit fiscal que es una mentira total, que no sabe cómo explicarla, porque este señor no saber lo que es devengar las deudas que se generan en cada mes, que tampoco sabe lo que es devengar los intereses que se generan por las deudas, hay que preguntarle a este ministro de Economía cómo devengó los intereses de todos los juicios que tiene pendiente en EE.UU.
Además, quiero preguntarle a estos genios de la economía argentina y a su Presidente, que vetó el proyecto del aumento a los jubilados que representaba el 0.15 % del Presupuesto anual, pero aprobó la compra de aviones de guerra obsoletos del 2016 por miles de millones de dólares que además están desmantelados y que ahora hay que pagar más de US$ 900.000.000 millones para poder actualizarlos.
Juan Suárez / jsuarez46@yahoo.com.ar
Creo que quien preside el país tiene un error de concepto al utilizar el término casta, pues es un sinónimo de ascendencia, linaje, prosapia, etc., término que no encuadra en esa acepción a los actores que él involucra con esa denominación. Quizás debería usar el vocablo banda o facción.
En política, una casta es un grupo cerrado que permanece al mismo estrato social en el que nació. Por ejemplo la casta legislativa a la cual él refiere no tiene en común un estrato social definido, sus integrantes son una melange de clases. Si se los puede identificar a los personajes que alude, como del mismo caletre por algunas de sus actitudes, pues si bien pertenecen a distintos espacios políticos los une una idea, alguna determinación a tomar, o comportamiento similar.
Muchos también se unen pues los caracteriza el ser serviles, adeptos a propuestas non santas y responder al poder de turno por conveniencia, como lo han hecho algunos con este Gobierno en detrimento de los jubilados. Por ello entiendo que los jubilados no somos una casta, si víctimas de quienes mal se los define como tales. Los políticos de turno del Poder Legislativo y Ejecutivo por décadas, han nivelado para abajo a la clase pasiva y cada día que pasa la sumen más en la miseria.
Yo defino a ellos como un clan o tribu bastarda y traidora. Gente con linaje y estirpe no actúa de esa forma.
Rodolfo Castello / rccastello@hotmail.com