La yuca, también llamada mandioca, se cultiva en regiones de clima cálido, como América Central y América del Sur. Este arbusto de la familia de las euforbiáceas posee un tallo subterráneo, o raíz, en el que concentra una gran cantidad de nutrientes.
Alimento sagrado para muchas culturas precolombinas que la incluían en fiestas y ritos fúnebres, actualmente este tubérculo se usa en muchas recetas de cocina y es valorado por su gran aporte de energía.
La yuca crece en diferentes tipos de suelos, aun no tan fértiles, y necesita poca agua para su desarrollo. Esta característica facilita su producción incluso en suelos de baja calidad.
Además, para hacer crecer una nueva planta simplemente se utilizan trozos de las ramas de la planta madre.
Hay dos aspectos que influyen tanto en la calidad como en la cantidad de este tubérculo: las condiciones de cultivo y el tiempo de espera para su cosecha.
La Biblioteca Digital Agropecuaria de Colombia indica que el plazo para cosechar la yuca dependerá de la variedad sembrada.“Las variedades tempranas se deben recolectar en su plena madurez, es decir, cuando tengan entre 7 y 10 meses, y las tardías, entre los 14 y los 24 meses”, explica.
Los expertos advierten que, en ambos casos, es importante no cosecharla demasiado pronto ni demasiado tarde ya que podría tener menos almidón, el compuesto que le da su sabor y textura.
En cuanto al rendimiento de la cosecha, varía en función del suelo, el clima y los cuidados que se le den a la planta. “En suelos buenos se pueden obtener entre 20 y 25 toneladas de yuca por hectárea“, indica el sitio El Tiempo.
Estos son algunos pasos clave para cosecharla:
- Cortar las hojas. Primero se deben quitar las hojas de la planta, dejando un pedacito del tallo principal. Esta técnica ayudará a que la planta concentre su energía en los tubérculos.
- Quitar la tierra. Con una herramienta llamada barretón se debe retirar la tierra que rodea la planta. De esa forma se podrá ver la yuca para luego retirarla.
- Sacar la yuca. Una vez removida la tierra se debe agarrar el tallo que quedó y tirar de él con cuidado para poder extraer la yuca del suelo.