Lo prohibido es, ante todo, un libro intenso, un relato que encierra otra historia dentro de sí misma. Esmeralda Berbel (Badalona, 1961) presenta un amor narrado desde la perspectiva de una escritora que, al mismo tiempo, escribe sobre su propia vida. La novela es un registro minucioso de lo que ocurre entre dos personas que viven una relación apasionada y, a pesar de todo, interminable. Sin embargo, este amor está plagado de sombras: incertidumbres, silencios, y rincones oscuros que enturbian la claridad de la relación.
El hombre que introduce este misterio es complejo: ha tenido múltiples esposas, varios hijos y arrastra el peso de una familia numerosa, una casa en riesgo de perderse y un precario equilibrio económico. Aunque finge despreocupación por el dinero, su frustración por una vida de trabajos inestables y limitados recursos es evidente.
Aun así, él es consciente de que su novia puede brindarle comodidad económica y alimentar su ego. A pesar de ser una mujer inteligente y decidida, ella cae rendida ante el atractivo de esa oscuridad. Algo de su mundo la cautiva, la empuja a ir y venir en un ciclo de separación y reencuentro.
Manipulación sutil y constante
El trato que él le da no incluye violencia física, pero sí una manipulación sutil y constante. Sus palabras y actitudes, cargadas de dureza, contrastan con la bondad de ella, quien lo apoya económicamente, cuida de sus hijos y soporta la falta de intimidad.
Además, ella se enfrenta a comentarios desalentadores sobre él, que él niega con facilidad. Se establece así una dinámica de poder y sumisión de la que ella es solo parcialmente consciente.
Los amigos y familiares de la protagonista, agotados por este vaivén emocional, observan cómo ella sufre, pero siempre regresa a su lado. Esta dinámica interpela al lector, recordando las complejas decisiones que muchas mujeres enfrentan al mantener relaciones destructivas. ¿Qué mantiene a las personas en esos vínculos? ¿Por qué sostener la esperanza incluso cuando todo alrededor parece desmoronarse?
En medio de esta tormenta emocional, la protagonista encuentra refugio en la escritura. A través de ella, reafirma su identidad. Su éxito como escritora es innegable, con una nueva novela que se agota una y otra vez en las librerías. Sin embargo, el hombre solo responde con comentarios despectivos, minimizando su éxito: “Claro, si tu editor hace tiradas muy pequeñas”. Este desprecio revela una profunda inseguridad, quizá envidia, que se traduce en críticas constantes hacia ella y su vida.
La novela no puede evitar tocar temas como el machismo y el sometimiento. A lo largo de la historia, queda claro que la protagonista encarna el papel de compañera incondicional, una figura materna que contiene y sostiene, incluso a su propio detrimento. Esta dinámica invita a una reflexión crítica: ¿Por qué seguir asumiendo estos roles? ¿A qué precio?
Empoderamiento femenino
Lo prohibido es un texto que explora el empoderamiento femenino, el éxito personal, la necesidad de afecto y las certezas que se busca en las relaciones. Es una novela que incomoda y genera preguntas, pero también ofrece la oportunidad de cuestionar dinámicas de poder que todavía persisten en muchas relaciones. El amor que sana no destruye y Lo prohibido nos recuerda que el bienestar emocional no tiene por qué sacrificar la propia dignidad.
Además, Lo prohibido ofrece una reflexión sobre la delgada línea entre el deseo y la autodestrucción. La protagonista, al sumergirse en esta relación marcada por la manipulación, también parece buscar en el sufrimiento una suerte de revelación personal, una búsqueda que va más allá de lo emocional y se adentra en lo existencial.
Berbel logra transmitir con maestría la complejidad de esta búsqueda interna, donde el dolor no solo es una consecuencia del vínculo tóxico, sino también una oportunidad de autoconocimiento, aunque implique tocar fondo antes de encontrar una salida.
Por otro lado, la narrativa se enriquece al entrelazar la vida íntima de la protagonista con su proceso creativo como escritora. La escritura no solo funciona como un escape, sino como un espacio de resistencia. A través de las palabras, ella recupera el control que pierde en su vida amorosa, lo que convierte la literatura en una herramienta de supervivencia.
Berbel plasma con una sensibilidad única cómo el arte, en este caso la escritura, puede ser un medio de sanación, un espacio seguro donde el caos de la vida puede ser transformado en orden y sentido.
La novela, entonces, no es solo un relato sobre un amor imposible, sino una profunda reflexión sobre el poder de la creación artística en medio de la adversidad.
Lo prohibido, de Esmeralda Berbel (Tres hermanas)