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“En una semana recorremos 3 o 4 países”


Javier Junquera Pérez Millán es un argentino de 47 años que, como muchos, tomó la decisión de continuar su vida en otro lugar, lejos de su país natal y su familia.

Despidiéndose de toda su vida en Buenos Aires en 2001, a sus 24 años, se subió a un avión que lo dejaría en su nuevo hogar, España.

Abandonando su carrera en la UBA y sin la ciudadanía tramitada, emprendió su viaje con un amigo y dejó atrás la situación caótica en la que se encontraba nuestro país.

Después de varias oportunidades laborales que le surgieron, embarcó a un crucero y ahora recorre el mundo por el mar. Conocé su historia en Clarín.

El camino a Ezeiza

Javier tenía una vida tranquila en Argentina. Rodeado de sus cinco hermanos y sus amigos, no le faltó nunca compañía, incluso al momento de emigrar.

“Trabajaba en Garbarino, me divertía y salía mucho”, cuenta el argentino que, con su amigo, tomó la decisión de dirigirse a Madrid aquel mayo del 2001.

Estudiaba comunicación social y su objetivo era recibirse, pero se vio obligado a tomar una decisión y no logró terminar su carrera, por lo que se fue sin título.

Javier ahorró dos años para alquilar y buscar trabajo tranquilo.
Foto: Cortesía Javier

Su otro objetivo también era poder viajar con la ciudadanía española que, por herencia, le correspondía. Se encontraba tramitándola, pero no la consiguió a tiempo y se fue sin ella.

Al momento de viajar, el dinero es probablemente la primera incógnita que se aparece. Ante la preocupación, Javier se preparó mucho tiempo: “Ahorré dos años y me fui para alquilar y viajar libremente”.

Del cielo a la tierra

El argentino juntó el suficiente dinero y decidió invertirlo en el primer año para viajar y conocer lo que pronto se convertiría en su nueva casa.

“Los primeros días fueron muy positivos, estuve 1 año y medio viajando y disfrutando gracias a lo que ahorré en Argentina”, comenta Javier.

Finalizados esos meses, se asentó en Madrid, donde comenzó a vivir con sus amigos de la misma edad, los cuales lograron que su adaptación sea mucho más relajada.

La capital española es el segundo destino más elegido por los argentinos que deciden emigrar y cuenta con más de 48.000 de estos extranjeros. Se trata de una de las ciudades con más oportunidades laborales, pero también una de las más caras.

Las calles madrileñas recibieron a Javier con los brazos abiertos y le dieron la oportunidad de atravesar distintos puestos en diferentes rubros, especialmente por su corta edad.

Comenzó, como otros argentinos, siendo barista y camarero, lo que luego lo derivó en una gerencia de gastronomía en Barcelona, donde se mudó más tarde.

"Aconsejo formarse para el rubro de espectáculos" recomienda Javier.
Foto: Cortesía Javier
“Aconsejo formarse para el rubro de espectáculos” recomienda Javier.
Foto: Cortesía Javier

Tras 3 años de trabajo y 18 meses de estudios y voluntariados en distintas organizaciones internacionales como Cruz roja y OXFAM, tenía ganas de empezar a viajar y una empresa llamó su atención.

De la tierra firme al mar

Javier se vio conquistado por un trabajo, que según sus deseos, era ideal para él. Decidió enviar su CV a una de las empresas más conocidas de cruceros: Mediterranean Shipping Company (MSC).

Después de algunas semanas lleno de intriga, recibió la increíble noticia y finalmente, en 2007, subió al barco para nunca más volver a un trabajo en tierra firme.

El argentino empezó a trabajar como animador y fue ascendiendo, e incluso rotando rubros, dentro del crucero. Tiempo después, fue recepcionista y se dedicó a las tareas de atención al cliente y coordinación de eventos de la empresa.

Javier se unió a MSC en 2009 como azafato y ascendió rápidamente.
Foto: MSC Cruceros- Staff (Sitio web)Javier se unió a MSC en 2009 como azafato y ascendió rápidamente.
Foto: MSC Cruceros- Staff (Sitio web)

“A nivel económico, (los cruceros) son rubros muy bien pagados y valorizados”, opina Javier, que en 2009 llegó a ser asistente de dirección de cruceros.

Luego de 4 años asistiendo a la dirección, la empresa consideró que el empleado argentino, que había realizado una especialización en Gestión Hotelera y Turística, era el indicado para dirigir el barco.

“El Director Junquera tiene don de gentes, el dinamismo y la creatividad que se pueden esperar de un argentino residente en España”, dice MSC del Javier en su portal.

De esta forma, desde 2012 hasta la actualidad, Javier es director de cruceros en MSC y su vida se encuentra en Barcelona, Buenos Aires y el océano.

Una vida a bordo

“Tenemos un régimen de 7 días y máximo 11 horas de trabajo, depende del día. Las tareas rotan y tengo desde 80 a 250 personas a cargo”, comienza a contar Javier. “Los contratos son protegidos por el convenio laboral MLC”.

El Convenio sobre el Trabajo Marítimo (MLC) establece que los trabajadores que ofrecen servicio a bordo de los cruceros que realizan trayectos internacionales, son gente de mar y tienen derecho a ciertas protecciones.

“Hay que encontrar armonía en el equipo porque son muchos meses que compartimos a bordo, a pesar de que tengas un mal día hay que salir al escenario con una sonrisa

Comenta que para trabajar en un crucero “hay que tener ganas de estar rodeado de personas” y menciona que en un viaje puede llegar a haber hasta 6000 pasajeros.

Javier y sus compañeros de tripulación
Foto: Cortesía JavierJavier y sus compañeros de tripulación
Foto: Cortesía Javier

Desde que embarcó al crucero, tiene el privilegio de viajar todo el tiempo, incluso por semana recorrer 3 o 4 países o vivir por determinado tiempo en cualquier parte del mundo.

Además de España, cuenta que se mudó a otros lugares. “Estuve viviendo un tiempo en Alemania e Italia, no sufrí ninguna discriminación, me recibieron bien y donde sea me apoyaron”.

Mientras que durante una cierta cantidad de meses vive en Barcelona, el resto del año se hospeda en Buenos Aires, donde lo esperan sus afectos. “Mi deseo es tener una base estable en Argentina”, analiza a futuro.

“Es una vida atractiva y compleja, conocés personas de distintas culturas y vivís a bordo“, resume su experiencia Javier.



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