“Parece arrancada de un cuento de hadas”, dice el célebre escritor José Eduardo Agualusa acerca de la Gran Mezquita de Djenné en su más reciente libro de relatos editado en español, “El más bello fin del mundo”.
Ese edificio que destaca el angoleño tiene la particularidad de ser el más grande del mundo en haber sido construido con adobe y su historia, una de las más curiosas de la arquitectura de África, se remonta al siglo XIII. Se cree que quien ordenó su creación fue el sultán Koi Konboro.
La Gran Mezquita de Djenné está en Bamako, capital de Mali, y su primera versión fue construida aproximadamente en 1280. Erigiéndose como mayor representante de la arquitectura sudanesa-saheliana, es desde 1988 Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
¿Cómo es la Gran Mezquita de Djenné?
Su mayor particularidad tiene que ver con el modo en que fue construida. Sus muros están hechos de ladrillos de tierra cocida al sol y de mortero a base de arena y tierra.
Cuenta con torres y revestimientos adornados con vigas de madera que, además de tener una función estructural, permiten a los trabajadores aplicar capas de barros frescos durante las reparaciones anuales (cada año cientos de personas se juntan para revocar en comunidad sus paredes).
Cien grandes pilares sostienen su techo de barro y generan un microclima que neutralizan los más de 40 grados centígrados que suele hacer en la ciudad. Dentro en como un oasis que se mantiene fresco todo el tiempo.
La Gran Mezquita de Bamako actual fue construida en 1907, en plena época colonial, sobre las ruinas de la anterior. En aquel entonces, los obreros recurrieron a medios tradicionales, aunque siguieron manteniendo el adobe como material principal.
Para evitar daños, desde 1996 está prohibido el acceso a la Gran Mezquita de Djenné a toda persona que no sea de religión musulmana.
El crepissage que mantiene en pie la Gran Mezquita
El día de la renovación anual de la Gran Mezquita es uno de los días más importantes del año en Mali. Cada año, de diciembre a mayo -mayormente en abril- el edificio es revocado por la comunidad maliense. Esto es porque las lluvias torrenciales y las inundaciones erosionan el adobe.
En el Festival del revoque, como se conoce a la celebración local, la comunidad trabaja en conjunto para remendar la Mezquita. Es un evento cultural que demuestra que, de alguna manera, la mezquita se mantiene gracias a la colaboración colectiva.
En esa jornada, hombres, mujeres y niños amasan un yeso de barro hecho con una mezcla de mantequilla y arcilla fina y los albañiles del Barey-Ton se ponen manos a la obra. Según Arts and Culture Google, el Barey-Ton, o Gremio de Albañiles, es una institución muy antigua que transmite a sus miembros los conocimientos del oficio de generación en generación.
El enlucido de la Mezquita cuenta con la bendición del imán y lleva una capa de protección que otorgan los encantamientos y talismanes de los albañiles. En este caso, la bendición del imán representa la magia blanca y la de los albañiles, la negra. Es necesaria la mezcla de ambas para que la tarea se lleve a cabo de forma armoniosa.
La integración del entorno natural en su estructura sirvió de inspiración para que se construyeran otras mezquitas en la zona y a Agualusa, el escritor angoleño más famoso del mundo, para crear un relato inspirador acerca de la identidad de una ciudad culturalmente rica que, con la llegada de capitales extranjeros -en su caso, asiáticos-, fue escondiendo su luz.