“Murió el chico que vivía acá a la vuelta, dicen que se contagió cuidando a su papá”. “Viste los formoseños encerrados en campos de aislamiento?”. “Tuvo que llevar a su hija enferma alzada porque no le permitían reingresar a su provincia”. “Se ahogo tratando de llegar por el río a su casa para ver a sus hijos”. “La joven pedía por su papá, que debido a los bloqueos en los límites provinciales no llegó a tiempo”. “Mirá que si no tenés el pase actualizado la Policía no te deja pasar el viaducto”. “ Quédate tranquila, mami, que de alguna manera te voy a alcanzar lo que necesitás”.
“¿Cómo hago para conseguir un turno para la biopsia? ¿Sigue todo suspendido?”. “Se están vacunando a mocosos militantes y los viejos mueren como moscas”. “No alcanzan los pulmotores y vacunas, sólo las ideológicamente correctas, no?”. “Pocos chicos se conectan a las clases, pero los papás sí vienen a buscar la mercadería”. “No te puedo creer, ayer el marido, hoy ella, y nadie al lado de ellos ni a través de un vidrio”.
Parece que no pasó. O que fue hace un siglo. Apenas un puñadito de años. Apenas un océano de dolor. Apenas el abandono más cruel hacia un pueblo desolado. Apenas toneladas de vergüenza que debería enmudecerlos socialmente. Para siempre.
Marisa De Silva / marisadesilva2003@gmail.com
“Economistas opinólogos, pero sin soluciones”
Un buen número de economistas de renombre vienen llevando a cabo su tarea profesional desde hace 40 años o más y en algunos se observa que sus opiniones se van “acomodando”, según la oportunidad, a las diferentes variaciones que van ocurriendo en el contexto económico.
El estado en que se encuentra la Argentina permite deducir que las soluciones que han propuesto durante su carrera o no han sido aplicadas por los gobiernos de turno o no produjeron los resultados.
Es asombroso que entre ellos haya economistas que han sido funcionarios de algún gobierno en el pasado y que, a pesar de que tienen alguna cuota de responsabilidad por los errores que cometieron, se manifiestan con soluciones que no fueron capaces de implementar durante el ejercicio de sus funciones.
Economistas opinólogos son los que abundan, solucionadores son los que escasean.
Oscar Edgardo García / osedgar@yahoo.com
“La destrucción moral e institucional, impunes”
Antes que Bullrich tomara el mando de la administración de las cárceles federales, había una señora que permitía el funcionamiento en las cárceles de una especie de “home office” o “celda office”. Desde ahí se ordenaba la distribución de la droga y la contratación de sicarios.
Esa “señora”, que era K, que permitió el funcionamiento de los narcos y asesinatos varios, ¿quedará impune? Hubo durante el gobierno de Macri medidas positivas que luego se anularon con el gobierno de Alberto Fernandez. Nadie paga por la destrucción de las instituciones ni por los funcionarios que favorecen a los delincuentes, sean ex funcionarios o delincuentes comunes.
La destrucción institucional, la cultural, la económica, siempre quedan impunes, producto de una sociedad mafiosa que se llama
política y sus sostenedores legales.
Es hora de despertar y que cada uno se haga responsable por lo que hace.
Esteban Tortarolo / etortarolo@gmail.com
Propone “mejorar algunos aspectos del VAR”
La pasión futbolera es un fenómeno que la TV magnifica, y el VAR es un acierto de FIFA, permite corregir errores que suelen frustrar anhelos de justicia, aunque sería bueno mejorar aspectos. Cambiar la revisión de decisiones del árbitro, agilizando procedimientos. Jerarquizar la decisión del VAR, que permite advertir los errores indiscutibles. En ese sentido, cabe apurar la idea de “salvar” goles, muchas veces producto de jugadas que engalanan el espectáculo del fútbol habilidoso, pero que son anulados porque está “adelantada” una ínfima porción del cuerpo, lo que en realidad no representa una verdadera ventaja deportiva, sino mera casualidad (milímetros de una línea imaginaria que sólo se puede apreciar en un monitor). Sólo debiera considerarse fuera de juego cuando la ventaja sea muy evidente (todo el cuerpo).
La determinación automática de tal posición podría utilizar unos pocos puntos clave del torso, o en todo caso ambos pies.
César B. López Meyer / cblmeyer@hotmail.com