Pasajeros de un vuelo de cabotaje en Estados Unidos se pegaron un buen susto: por causas que se investigan, la cabina del avión se despresurizó cuando alcanzó los 3.000 metros y los todos viajeros comenzaron a sangrar por la nariz y por los oídos.
“Me agarré la oreja, y cuando saqué la mano, vi que la tenía manchada de sangre”, dijo Jaci Purser, quien iba en el vuelo 1203 de Delta Airlines, que llevaba 140 pasajeros a bordo.
Relató que sintió que su oído estallaba y luego burbujeaba debido a la presión en la cabina. Contó que sintió como si alguien la estuviera apuñalando en el oído.
Otra pasajera, Caryn Allen, explicó que vio como su marido se inclinaba y se tapaba las dos orejas con las manos. Otros pasajeros experimentaron problemas similares.
“Miré una fila detrás de mí, al otro lado del pasillo, y había un caballero que claramente tenía la nariz ensangrentada, y la gente estaba tratando de ayudarlo”, agregó Allen a la citada emisora.
Tras el incidente, el avión volvió a su lugar de origen, Salt Lake City, en Utah, donde se brindó atención médica a 10 pasajeros. No se registraron heridos graves.
“Pedimos disculpas sinceras a nuestros clientes por su experiencia en el vuelo 1203 del 15 de septiembre”, dijo un portavoz de Delta en un comunicado. “La tripulación de vuelo siguió los procedimientos para regresar a Salt Lake City, donde nuestros equipos en tierra ayudaron a nuestros clientes con sus necesidades inmediatas”, dijo la aerolínea.
Los técnicos de Delta solucionaron el problema de presurización del avión, dijo la aerolínea, y este volvió a entrar en servicio al día siguiente.