Cuando el fotógrafo Tom Vierus, afincado en Fiyi, estaba ocupado fotografiando las aves de Nueva Bretaña (Papúa Nueva Guinea) en marzo de este año, no sabía que su tarjeta de memoria guardaba un hallazgo científico. Ahora, los ornitólogos revelaron que lo que Vierus había conseguido capturar era la primera fotografía del raro azor de Nueva Bretaña (New Britain Goshawk).
El azor de Nueva Bretaña, llamado “keango” o “kulingapa” en las lenguas locales, sólo se encuentra en la isla de Nueva Bretaña. Según la Lista Roja de la UICN, en la que el ave está clasificada como especie vulnerable, es bastante escurridiza y la ciencia sólo conoce cuatro ejemplares, ninguno de los cuales había sido fotografiado.
“El último registro científico documentado de la especie parece ser un ejemplar de julio de 1969 que se conserva en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York (EE.UU.)”, explica en un comunicado John Mittermeier, Director de la Búsqueda de Aves Perdidas de American Bird Conservancy.
“Aunque ha habido múltiples registros sólo a simple vista en los años transcurridos, el azor de Nueva Bretaña parece haber eludido la documentación fotográfica, sonora y de especímenes durante 55 años”.
Sin embargo, su reinado como especie “perdida” llegó a su fin cuando Vierus le hizo una foto.
“Fue una gran sorpresa saber que esta foto parece ser la primera de esta ‘especie perdida'”.
Lo que no es necesariamente una sorpresa es que la especie haya pasado tanto tiempo desapercibida: ni siquiera los lugareños la han visto mucho, según Oscar Pileng, responsable del WWF en Pomio.
“Los residentes y líderes locales nos dijeron que esta especie es muy rara en Pomio. Algunos confirmaron que esta especie no se encuentra en las zonas costeras, sino sólo en el interior de Pomio, y que rara vez se ve”.
El redescubrimiento científico del ave también llegó acompañado de renovados llamados a la conservación de la zona en la que fue fotografiada.