En los últimos años, los gatos han ganado una notable popularidad como mascotas, y cada vez son más las personas optan por adoptarlos y acogerlos en sus hogares. Estos felinos, conocidos por su carácter independiente, se han adaptado bien a la vida doméstica, aunque mantienen muchas de sus características instintivas.
Como cazadores naturales, los gatos requieren una considerable cantidad de ejercicio diario, lo que los lleva a pasar largas horas jugando y simulando conductas de caza. Este comportamiento es esencial para su bienestar físico y mental.
Sin embargo, al igual que los seres humanos, los gatos también necesitan tiempo de descanso. De hecho, estos animales pueden dormir hasta 16 horas al día, una costumbre que va más allá de la simple pereza.
El sueño prolongado de los gatos tiene un trasfondo biológico: les permite recargar energía después de sus actividades de caza y juego, y está estrechamente vinculado a su instinto de supervivencia.
La razón por la que los gatos duermen mucho
Según el Hospital Veterinario Veter Pet, se estima que un gato adulto duerme, en promedio, alrededor de 15 horas diarias. Sin embargo, esto puede variar debido a múltiples factores, como la edad del animal o la cantidad de energía que gasta, entre otros. Aun así, suele ser aproximadamente el doble del tiempo que necesitaría dormir un humano.
El sitio especializado en la adopción de animales, Entre Huellas y Bigotes explica las ocho razones por las cuales los gatos duermen demasiado.
El sueño prolongado de los gatos está profundamente arraigado en su instinto de supervivencia y tiene diversas causas. Cuando son pequeños, los gatitos duermen mucho para mantenerse seguros mientras su madre sale a cazar, reduciendo el riesgo de ser atrapados por depredadores. Además, durante el sueño, liberan la hormona del crecimiento, esencial para su desarrollo.
Los gatos salvajes, por otro lado, duermen menos que los domésticos, ya que necesitan más tiempo para cazar y buscar comida. Sin embargo, el instinto de dormir en grandes cantidades es una característica heredada de sus ancestros. A pesar de que los gatos domésticos no requieren tanto desgaste de energía, este hábito persiste.
La temperatura también influye en el sueño de los gatos. En climas fríos, tienden a dormir más para conservar energía y mantenerse calientes, mientras que dormir bajo el sol les ayuda a regular su temperatura corporal.
La edad es otro factor determinante: los gatos bebés y mayores duermen más, mientras que los adultos mantienen un equilibrio entre sueño y actividad. Además, el aburrimiento puede llevar a los gatos a dormir más, por lo que es fundamental proporcionarles estímulos y juegos.
En períodos de celo, su patrón de sueño cambia, dedicando más tiempo a buscar pareja, marcar territorio y atraer la atención de otros gatos, lo que reduce significativamente sus horas de descanso.