El Antiguo camino a los Yungas, más conocido como el Camino de la Muerte en Bolivia, es una de las rutas más peligrosas del mundo, que se refleja en el número de muertes en accidentes de tránsito que se producen cada año.
Esta ruta de 80 km de extensión une la ciudad de La Paz con el municipio de Coroico, en la región de Los Yungas. Tiene solo tres metros de ancho, acantilados de 800 metros de alto y está construido de piedras y tierra.
En 1995, el Banco Interamericano de Desarrollo lo bautizó como “el camino más peligroso del mundo”. Sin embargo, en la actualidad se convirtió en un destino atractivo para turistas.
La historia del Camino de la Muerte en Bolivia
Esta ruta que conecta la profunda selva amazónica del norte boliviano con la capital fue construida por prisioneros paraguayos durante la guerra del Chaco en la década de 1930.
Este sendero presenta características extremadamente peligrosas: pendientes pronunciadas, un ancho reducido que en ciertos puntos apenas alcanza los tres metros y la ausencia total de guardarraíles, lo que aumenta el riesgo de accidentes.
Además, las condiciones climáticas de la región agravan aún más la situación. La lluvia frecuente y la densa niebla reducen considerablemente la visibilidad, mientras que el piso embarrado y las piedras sueltas, desprendidas de las montañas, complican el paso seguro.
¿El Camino de la Muerte en Bolivia sigue siendo peligroso?
Desde la habilitación de un camino alterno en 2007, la famosa “Ruta de la Muerte” dejó de ser la principal vía de tránsito entre La Paz y Coroico, convirtiéndose en un popular destino turístico, especialmente para los aficionados al ciclismo de montaña.
Desde entonces, la mayor parte del tráfico se desvía hacia una ruta nueva, mucho más segura y moderna, lo que permitió que el antiguo camino se conservara únicamente como un circuito turístico.
A pesar de la existencia de esta alternativa, la Ruta de la Muerte atrae cada año a miles turistas de todo el mundo.
La zona, además, es un refugio de vida silvestre, donde habitan al menos 16 especies de mamíferos y 94 tipos de aves.
Sin embargo, con los años se produjeron alteraciones en los hábitats de la fauna local, pues diversas especies de animales silvestres se desplazaron de sus territorios.
Hoy en día, el uso de este camino está limitado a fines recreativos, permitiéndose únicamente la circulación de vehículos livianos, como bicicletas, motocicletas y autos de apoyo. Aun así, es importante recordar que la Ruta de la Muerte conserva sus características originales.
Por esta razón, es fundamental circular con extrema precaución y a una velocidad muy reducida. Además, ante un encuentro entre vehículos, la prioridad de paso la tiene siempre el conductor que asciende, mientras que el que desciende debe detenerse y esperar.