El jengibre (Zingiber officinale) es una planta de la familia de las zingiberáceas, cuya raíz, o rizoma, es aprovechado de diferentes maneras en la cocina y en la medicina tradicional.
La raíz, fresca y cruda, es utilizada en la cocina para darle un toque de sabor a distintos platos. Con usos similares al anterior, el jengibre seco debe remojarse antes de su utilización y tiene un mayor período de conservación. A partir del rizoma seco se elabora el jengibre en polvo, usado en postres y recetas poco picantes.
En la medicina natural el jengibre aparece como un aliado contra varias enfermedades como neurastenia, enteritis crónica, tos, retención de orina, trastornos ginecológicos, reuma y faringitis. También se utiliza para los vértigos, náuseas y mareos, trastornos circulatorios y gástricos. Incluso, tiene fama de ser afrodisíaco.
Cultivarlo en una maceta o en el jardín es una misión posible que comienza con su cultivo a partir de un trozo de la raíz, o rizoma.
Se puede cultivar jengibre a partir de un trozo de jengibre
El primer paso para realizar este cultivo, según la revista El Mueble, consiste en conseguir un trozo de raíz de jengibre, o rizoma. Luego, hay que sumergirlo en un vaso con agua para que absorba la humedad necesaria. Dejar en agua entre tres y cuatro horas.
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“Con el trozo de raíz de jengibre todavía húmedo, colócalo dentro de una bolsa de plástico y déjalo reposar por lo menos durante una semana. Transcurrido ese tiempo, ya deberían salir los primeros brotes en el trozo de rizoma de jengibre, estando listo para ser sembrado”, agrega la revista de decoración.
La maceta o jardín donde se va a plantar el rizoma debe disponer de drenaje adecuado para evitar encharcamiento. Para ello, recomiendan agregarle perlita (un material inorgánico que se obtiene de roca volcánica), a la tierra. También, una parte de abono o humus y tres partes de tierra ecológica.
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Si la maceta es bastante grande, se puede partir el rizoma en varios trozos para obtener más jengibre. Tener en cuenta que, “a la hora de plantar el jengibre no tienes que hacer un agujero y enterrar el trozo, sino que debes colocar los trozos sobre el sustrato.
Un truco: colocar el rizoma de forma horizontal y, con cuidado, hundirlo poco a poco, dejando las yemas o brotes fuera”, aconseja el artículo de El Mueble.
En cuanto a las necesidades hídricas, la revista recomienda regar un poco la tierra sin tocar el rizoma, cada dos o tres días. Evitar el encharcamiento para no perjudicar el cultivo.
El jengibre necesita un ambiente con temperaturas que oscilen entre los 20 °C y los 21 °C, porque no soporta ni el calor ni el frío intensos. Sin embargo, puede aguantar bien como planta de interior, siempre alejada del aire acondicionado y de radiadores de calefacción o estufas.
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De seguir todos estos cuidados, en un mes habrán crecido los primeros tallos. La cosecha de algunos pequeños trozos de raíces para utilizar en gastronomía podrá comenzar a los tres o cuatro meses de la siembra.
Para cosechar jengibre hay que remover la tierra hasta encontrar un rizoma y cortar solo la cantidad que se necesita. Luego, volver a cubrir los rizomas con tierra para que sigan creciendo.